Esta semana, pasará a la historia por ser la primera vez que una sonda espacial (Philae) ha aterrizado en un cometa (67P/Churiumov-Guerasimenko). Su aterrizaje fue un poco más accidentado de lo esperado: de unos 100 kg, batió cualquier registro del triple salto, alcanzando más de un kilómetro en el primer rebote. La altura y longitud alcanzada en el rebote no podría explicarse sino por la casi falta de gravedad. Una proeza de este calibre sería impensable en nuestro planeta, ya que la masa de la Tierra (5.97·1024 Kg) es considerablemente mayor que la del cometa (1013 Kg), de modo que la gravedad en la superficie terrestre actúa sobre los objetos como un pegamento que nos mantiene a ella ligados.
Es esta fuerza gravitatoria la que emplea el artista canadiense Michael Grab, para crear unas fantásticas estructuras basadas en ir apilando-equilibrando piedras unas encima de las otra, empleando la gravedad como único elemento de cohesión. Como explica en su página, Michael Grab ha convertido esta afición, que comenzó por su curiosidad, en una forma de practicar la meditación: prestando atención a las vibraciones de las rocas, sintiendo hasta los más pequeños clicks, como las muescas de las rocas se desplazan una sobre la otra....Para él es una forma divertida de relajarse, liberar el estrés, jugar, crear ... aprender ... al mismo tiempo que desafía sus habilidades.
Para conseguir estas asombrosas estructuras, Michael busca al menos tres puntos de contacto entre rocas. Los tres puntos definen un único plano, por lo que no se balancean; del mismo modo que una mesa de tres patas nunca lo hará aunque el suelo no sea plano o que las patas sean de diferente longitud. Por suerte, cada roca posee hendiduras que pueden actuar como un trípode natural manteniendo la roca en posición vertical, o en la posición que se le ocurre a su autor. De ese modo, consigue mantener el centro de gravedad en una posición correcta para que similares creaciones no se vengan abajo.
Para conseguir estas asombrosas estructuras, Michael busca al menos tres puntos de contacto entre rocas. Los tres puntos definen un único plano, por lo que no se balancean; del mismo modo que una mesa de tres patas nunca lo hará aunque el suelo no sea plano o que las patas sean de diferente longitud. Por suerte, cada roca posee hendiduras que pueden actuar como un trípode natural manteniendo la roca en posición vertical, o en la posición que se le ocurre a su autor. De ese modo, consigue mantener el centro de gravedad en una posición correcta para que similares creaciones no se vengan abajo.
Si he conseguido despertar vuestro interés, os aconsejo que visitéis su página, su perfil de Facebook, los vídeos subidos a Vimeo y su canal de Youtube, donde podréis encontrar sorprendentes vídeos como estos:
Comentarios
Publicar un comentario