El Viaducto de Contreras, que salva el embalse del mismo nombre, constituye uno de los elementos constructivos más emblemáticos de la obras de construcción de la línea de alta velocidad Madrid – Valencia. Sobresale especialmente por la construcción del mayor arco ferroviario, realizado en un puente de hormigón a nivel europeo, con 261 m de luz. Precisamente, este arco es el detalle constructivo de esta infraestructura que le confiere un carácter distintivo, respecto al resto de los viaductos de la línea, tanto por la dificultad técnica como por su belleza visual.
Esta infraestructura tiene 587,3 metros de longitud y está flanqueada, de un lado, por la salida de la boca oeste del túnel del Rabo de la Sartén y, de otro, por el viaducto Cuesta Negra. Asimismo, está formada por un tablero de catorce metros de anchura, compuesto por catorce vanos de longitud variable (36,2 metros en los extremos y 43,5 en los centrales), y tiene una plataforma con capacidad para albergar vía doble en ancho internacional.
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